Peregrino de todas las latitudes, el lector, cuando abre un libro, realmente no hace cosa distinta que desplegar ante sus ojos la rosa de los vientos. Bástale un acto de voluntad, para iniciar un camino hacia un horizonte cualquiera. Leer es escapar de la cárcel de la ignorancia, leer es viajar, el lector es un caminante y el libro es una aventura, penetrar por entre sus páginas es interesante en un mundo desconocido y así como el viajero regresa de playas remotas trayendo la frente dorada por otros soles y vientos, también el lector, al cerrar un libro en su última hoja ha recibido en su alma la luz del conocimiento y en su corazón el placer de la vida.
- biblitecaescolarme